Por Gary Flor

En esta coyuntura mundial del coronavirus debemos permanecer en casa, el tema es sensible como tú dices, la economía se puede recuperar la vida no. En España había 500 casos, 13 muertes, ahora hay 9000 casos y más de 300 muertos. No salgamos de casa y allí estemos con los cuidados respectivos. Con el apoyo de todos y la unión de todos. Lo que nos está pasando está en una realidad, el país en esta coyuntura más el precio de petróleo bajo, vamos a vivir una época de problemas.

El fracaso es inherente al negocio, es una conexión entre la vida y la muerte, así es la conexión entre el fracaso y el éxito en un emprendimiento. No podemos decir que haya alguna empresa que no haya fracasado. Quién de nosotros no hemos tenido en nuestros hogares, en nuestros trabajos, en nuestras empresas. No hay que hacer un templo al fracaso pero si saber que es consustancial al negocio. La suma de fracasos hace el éxito, eso dicen. Cuando se entra a la cancha del emprendimiento existe el riesgo del fracaso. Para eso debemos prepararnos.

Casualmente en el libro que estoy próximo a lanzar recojo experiencias de amigos empresarios que han fracasado y se han levantado… un amigo se puso un plantel para exportar caracoles a Francia invirtiendo toda su liquidación en esto, pero llego un momento que tuvo que cerrar. Su error fue tener un solo proveedor de materia prima y un solo cliente. Pero intentó de nuevo y ahora es un exitoso constructor.

Parece tan simple decir: ¡¿por qué no hice eso?! Pero es cayendo que te das cuenta. Hay factores que pueden incidir en el éxito.

Comenzando por la misma motivación. Una chica con su liquidación quiso ponerse una panadería, yo le dije: pero hay que trabajar de lunes a lunes. No me escuchó e invirtió y fue un fracaso total porque no le gustaba estar en esto todo el día, de sol a sol, y al perder la motivación, fracasó.

Tener el socio adecuado, así como en el matrimonio. Conocer a tu cliente. Un señor fue a mi oficina con 176mil dólares y quería ponerse un hotel en la Laguna de Mojanda. Le asesoré, le pregunté cuántos clientes cree que va a tener, dijo: hay mucha gente que va allá. ¿Cuántas personas? No sabía. ¿Cree que van a ir a dormir allá? No sabía. Hay que hacer una planificación estratégica, saber qué clientes voy a tener, qué gustos tienen, cuáles son sus preferencias, no podemos actuar a ciegas. Conocer nuestro mercado y para ello debemos salir a la calle a preguntar qué es lo quieren los clientes (no salir hoy).

Financiamiento es lo más fácil de conseguir, lo difícil es la idea innovadora, creativa, y el mercado para esto.

Acerca de la innovación, hay que preguntarse para qué queremos innovar, para mejorar un proceso productivo, para crear nuevos productos, pero debe ir de la mano de las necesidades, gustos, preferencias del mercado. No necesitamos un departamento enorme de innovación, es cuestión de encontrar un proceso productivo y ahí mejorarlo, como atender de mejor manera a los clientes, e ir haciendo pequeñas innovaciones.

Tengo un caso, mi madre se hizo sola y es la fuente de mi inspiración. Ella me dice: tú dices a tus alumnos de que producir es fácil, vender es fácil, y yo te digo, lo más difícil es cobrar. Tengo el caso de Pericles Pérez, amigo español, que hizo una ciudad tecnológica en una industria que estaba quebrada, hizo de cero y desarrolló un modelo de formación emprendedora que se enseña desde el jardín, la escuela, y estamos aplicando en Ecuador y en varios países del mundo.

Ahora él trabaja en Ashoka que es un emprendimiento social. El emprendimiento es actitudinal, de trabajo de equipo, de familia. No es solo emprendedor el que crea una empresa, es aquel funcionario que da sus mejores capacidades para el desarrollo de la institución donde trabaja. Todos debemos serlo. Y de trascender porque eso es parte del emprendedor que ya ha tenido éxito.

El libro “Sin fracaso no hay emprendimiento” estará en la Librería Española, Tecnilibro, es una obra que refleja la realidad de las personas, familias y empresas.

• Que haya la colaboración de todos los ecuatorianos para sobrellevar esta crisis que es momentánea como se ha visto en otros países. Pero que salgamos con suerte.