Programa de radio 23/12/2019 – Metas financieras, sociales, ambientales y deportivas

Por Lourdes Hernández
Cada persona debería tener una misión de vida. Qué es importante para ti, qué prioridades tienes, cuál es tu escala de valores. Qué pasión. Y anotas un borrador que será borrador siempre porque lo vas cambiando conforme pasa tu vida, pero al menos está escrito por un tiempo y se vuelve tu norte. Incluir algo ambiental, espiritual, social.
Encontré una misión de un millenial, que dice así: “Estar presente, tener bienestar, tomar cocteles, ideas y productos tecnológicos, hacer investigación y hornear pan.” Es una misión bien presente, es de pasión.
Cada uno la plantea como quiere.
No se basa en tendencias, ni en modas. Es darle sentido a nuestra vida.
La misión de Florence Nightingale, famosa enfermera británica y activista social, por ejemplo: atender bien a los enfermos. Ella decía: “El ruido innecesario es la más cruel ausencia de cuidado que se puede infligir al enfermo o al sano”.
Si vendes focos, no solo vendes focos, iluminas casas, vidas.
Respecto a las metas, cada mes hay que ir ajustando, como es en el trabajo.
En términos de metas financieras, se comparan a correr una maratón. Si tienes libras de más, te cuesta mucho correr, debes reducir el peso. Así mismo, los gastos fijos son difíciles de reducir, pero los variables sí hay que afinar. Que te pesen lo menos posible en tu presupuesto.
Para hacer un proyecto o cumplir una meta de familia hay que ahorrar. También para acumular un fondo de emergencia o uno de jubilación. Esto se logra guardando el 10% del ingreso o del salario mensual. Si hay menos gastos en la casa porque los hijos ya se fueron y no hay que pagar estudios, comida; se debe ahorrar más del 10%. De pronto uno se siente con más dinero y lo gasta, eso es un error, hay que guardar. Es una bonanza un poco ficticia porque luego, ya jubilados, no se tendrá ese exceso. Y si estás endeudado, paga deudas. Puedes refinanciar tus créditos que es otra forma de ahorro.
Son decisiones inteligentes que se van tomando día a día.
No nos gusta estar con las justas, cuando eso es saludable.
Cuando uno entrena como deportista, sigue al pie de la letra una tabla de ejercicios. Igual cuando registras cada día tus gastos, tienes conocimientos de tu estado financiera y puedes lograr avances. Puedes llegar a superar deudas, a tener más ingresos, etcétera.
Y esta actitud austera da premios, la mejor almohada es la conciencia tranquila, decía la semana pasada la especialista Alegría Crespo.
Cosas buenas para invertir: tu casa, tu terreno, estudios, un auto si es que se lo va a utilizar con conciencia. Retapizar los muebles de la sala es mejor que comprar una nueva.
Para regalar, por ejemplo, vale cosas sostenibles, como regalar experiencias: una noche en un lindo hotel en Salinas. Así no se llena de más objetos que no tiene donde guardar. Darle minutos aire.
No gastar en ropa ya que es muy poco amigable con el ambiente. Hay unos Apps de ropa, de vestidos elegantes que los pones en alquiler, de repente recibes 60dls y fue porque alguien alquiló tu vestido. Invitar a tomar un café. Forzarse a hacer cosas nuevas.
Hablando de metas financieras, me propuse a principios de año terminar un libro. Di el salto entregando al editor lo que tenía y él me dijo si no me das todo, no me sirve. Luego hice presupuesto para el lanzamiento. La indicación es no juntar lo de la casa con lo del proyecto. No mezclar las platas. Yo agarré de mis ahorros y así no afecté a la casa. Fue una experiencia interesante. Estaba segura de que me iba a ir bien porque tengo experiencia en correr, en salud básica, y cuando me dijo el editor que la lectura sí fluye, me quedé tranquila. Cada palabra que él veía que había que cambiar, la analizábamos juntos. Es un editor profesional.
No hay que mezclar los dineros, agarras tu primera venta y te vas a celebrar. No lo hagas, hay que guardar para contabilizar y ver si pagas la inversión. Te das cuenta de por dónde pudiste ahorrar, en dónde ajustar. No mezclar, pues si vendiste una camisa y no supiste su costo real, no sabes si el negocio va bien o mal.
Escribes tu libro y hay que venderlo y parte de la cosa es hacer un buen marketing, comunicar a todos los amigos, aceptar ferias, eventos. Yo fui a una cena de corredores y aunque ahí no me compraron muchos libros, al poco tiempo me llamó una persona que estuvo ahí y me pidió más libros. Todo vale.
Hay que ir armando tu red. Anda con tu producto a vender, ponte guapa, no atosigues al comprador, ten tácticas y buenos argumentos. También saber cobrar.